18 d’octubre 2006

Viejas botas cansadas...

Estas son las viejas botas que nos acompañan en nuestros pasos diarios, destrozadas por el largo y arduo camino. Aunque el lustre diario no puede ya disimular los años transcurridos, en su vejez puede leerse las experiencias vividas durante su trayecto. Como nuestro cuerpo, parecen cansadas y son muchas las marcas que luce su cuero desgastado, pero son portadoras de un tesoro perdurable: la sabiduría de todos los tiempos.

TEXT: PIMPINELA

FOTOGRAFIA: Cristina Catarecha