Nací en Navarra, vivo en Madrid dónde existen todas las étnias y raíces
MADRID EDUARDO D. GARCÍA
Navarra ha estado en el punto de mira político-histérico hace tiempo. Mis raíces navarras aunque desdibujadas por todos los pueblos en que he vivido, resisten en algún rincón de mí ser. Navarra posee un símbolo de fortaleza en su escudo
En Nafarroa, para los propios se vive como en otras tierras con la mentalidad de tener una identidad múltiple en sus orígenes, en su historia e incluso en su lenguaje.
Esta dualidad es aprovechada por aquellos del pensamiento único, de una orilla y de otra. Utilizan de manera abusiva y tendenciosa en sus expresiones políticas y sociales, al describir de manera unilateral dos identidades que han de estar forzosamente enfrentadas: lo navarro-vasco / lo “español”.
A estos personajes cerrados en banda, nunca se les ha ocurrido pensar que las dos identidades forman parte de un todo y si lo extrapolamos al concepto ”España”, debería ser posible que se formara una amalgama de raíces compatibles y enriquecedoras que nos permitirían ser mas civilizados puesto que sería indispensable dialogar y no combatir y atacar estúpidamente a los pueblos ya marcados como culpables de todo; verbigracia, Cataluña.
Todo esto me lleva a recordar un reportaje sobre Hernani y de sus silencios.
Tengo familia allí. Una de las ramas tiene un hijo en la cárcel de Soria. Ellos no perdonan los largos viajes, pero son buena gente y a mi madre le han confesado su cansancio y la inutilidad de la lucha armada en los momentos actuales. Pero, ¿quien se preocupa de ellos, de sus carencias y de los canales humanos que deberían hallarse para alcanzar la paz…?
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