15 de novembre 2007

D'AQUÍ I D'ALLÀ

“Aquí estás, aquí estamos a pesar de todo”

LLEIDA IAN NABOURIAN


Porque a pesar de todo estamos los que estamos, porque a pesar de todo alguien ha de quedarse. ¿Por qué? Sencillamente porque alguien ha de hacerlo, y yo elijo ser uno de ellos, a pesar de los pesares, le pese a quien le pese, aunque me cueste, aunque nos cueste la vida.
Aunque han pasado más de treinta años, aquí estoy, y aunque soy incapaz de saber cuanto tiempo más podré seguir batallando, sigo siendo ese explorador de caminos que día tras día abre nuevas sendas, que navega por un mar de letras buscando el paradero de las islas felices. He sorteado tormentas y aunque muchos fueron los daños infringidos a mi navío, los reparé con rapidez para seguir explorando en busca de mi destino.
No soy héroe ni villano, y aunque poco parezco, mucho tengo dentro de mí luchando por salir, por expresarse con esa naturalidad animal que tanto alaban pero que tanto castigan. No tengo mucho a dar, pero lo que tengo es tuyo, y lo que de ti me interesa, lo que me puedes dar, ya me lo estás dando en este preciso instante en que me lees. Atención, reflexión, empatía es tu mejor regalo, y yo lo tomo ávido de tu mundo, que en el fondo es mi mismo mundo.
Mis escritos son atemporales. En el momento en que me lees estoy contigo, porque lo que aquí expreso es lo que pienso, y los pensamientos no tienen principio ni fin. Quizás lo escribí ayer, o hace un mes, o un año antes de que estas letras pasaran de tus ojos a tu mente y de ésta a tu corazón. Poco importa el tiempo cuando se siente.
Todo cuanto tenemos es el presente, ¿y qué es el presente sino un pasado constante que intenta atrapar el futuro? El aquí y el ahora es cuanto tenemos y el pasado no es más que una sístole que nos impulsa a vivir el momento. El futuro, en cambio, no es más que esa baga promesa con la que nos engañaron para que no nos conformáramos con ese miserable pedazo de nada que a ellos se les antojaba todo. Y esa promesa nos ha llevado al borde de un abismo que nunca elegimos y del que están empeñados que no salgamos.
Quizás hayan pasado muchos años, y aunque la fuerza no sea la de antaño, aunque nuestro día a día haya mellado algo nuestra ilusión, seguimos siendo, seguimos estando y nuestra curiosidad no mengua sino que crece día tras día. Sí camarada, aquí estoy, aquí estás tú a pesar de todo, y créeme, esto es mucho, lo es todo…
¿Y qué pasará mañana cuando las promesas de cataclismos irreversibles lleguen? Pues que seguiremos estando por mucho que les haya pesado, por muchas piedras que nos hayan arrojado en el camino. Los que quedemos retiraremos los escombros, y aunque se trate de un titánico trabajo, no cejaremos hasta dejar limpio el camino. No lo dudéis, somos capaces de eso y de mucho más, porque hemos resistido a la desidia que todo lo devora. Y juntos miraremos el horizonte, con un nuevo Sol iluminando nuestras caras, y una voz interior nos dirá, como nos ha ido diciendo cada día de nuestra vida: “Aquí estás, aquí estamos a pesar de todo…”