19 de gener 2008

CREANT I RECREANT I TORNANT A RECREAR...


“El verbo se hizo carne y habito entre nosotros”
Libro del Génesis


El verbo, surgió como una inquietud, un desasosiego manado de la impunidad de la mirada.
Cada objeto, cada entidad luminosa, cada señuelo, recorría disperso
entre los alvéolos cerebrales de Adán, aún sin Eva.
Todo era confuso en el ser recién advenido a la esencia humana. Era un cosmos sin definir, un laberíntico crisol.
Adán miraba y se aturdía entre las gemas feraces del Edén.
Nada daba sentido al lento traspaso de imágenes.
Lloró con joven rabia. Descubrió los sones del dolor. Encontró su feria de ecos y pudo enumerar entonces sonidos y sombras o colores u obscuridades sin sol.
Llegó el momento de levantar las manos: fue el verbo i el verbo fue la palabra. Escanció el verbo. Cada cosa tuvo un nombre.
Mostrase Eva, en presencia, dolor y ausencia y se encarnó a la vida todavía por descubrir en las esencias de aquel nuevo ser que le daba placer y miedo.
Ella sí, tomó el verbo y lo hizo carne y él prefirió las sigilosas auras de los mensajes, optando por dotar a su mirada de colores y palabras quizás escondidas en sus queridos silencios.