LA TRANSFORMACIÓN INTERIOR

No cesamos de recibir aquello que necesitamos en todo momento. Pareciera que alguien 'adivina' eso que necesitamos, pero, no es así. En realidad es la Vida que, en su eterno y cíclico movimiento y con la dinámica de sus propias y eternas Leyes tanto a nivel individual como a nivel colectivo, nos trae aquello que la humanidad necesita para dar el siguiente paso en su evolución. Esta evolución, tal como enseña la Teosofía o la Sabiduria Antigua, es siempre ascendente, aun cuando por momentos la experiencia que se nos presenta pueda ser tremendamente dolorosa y desgarradora y pareciera que el suelo desaparece bajo nuestros pies y vayamos a hundirnos. Es una impresión totalmente irreal y pasajera.
En tales circunstancias la mejor postura de nuestra parte es dejar que el furioso vendaval pase sin poner resistencia al mismo. Volcándonos hacia el interior de nosotros mismos por el tiempo necesario para dejar que todo suceda.
Una 'mirada' dirigida hacia lo más alto que podamos y una confianza total en las Leyes Universales que sostienen todo lo manifestado y que igualmente sostienen al ser humano serán dadoras de la energía y la serenidad necesarias, con lo cual el miedo no tendrá desarrollo en nosotros al no hallar con que alimentarse.
Somos aprendices todos y cada uno de nosotros no importando que lugar y condiciones en el espacio físico estemos ocupando. La vida nos trae lo que necesitamos sin que tengamos que 'pre-ocuparnos' por un futuro, lo cual nos posibilita el poder 'ocuparnos' de la siembra que debamos hacer en este instante a la par que cosechamos algo de 'aquello' que un día, tal vez hace tanto que no podemos ahora 'recordar', sembramos.
Lo importante es la vida de este instante pues es el único que podemos vivir. Esta es una 'verdad' sobre la que meditar muy atentamente...
...con ese Amor que aletea eternamente en todos los seres y en todas las cosas...


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