08 de novembre 2006

Silencios reencarnados en silencios…

MADRID EDUARDO D. GARCÍA


Sentado frente a ti

con mis más despiertos sentidos.

Mi cuerpo advenido en oído

sin márgenes ni aguas intermedias.

En cambio

tu cuerpo

sólo desprendía una voz rota

por demasiados silencios interpuestos

entre tu y tus dunas marinas.

Reencarnados entre hojas y leyes,

cercenando tus palabras inexistentes,

interpuestas entre tu y tus eriales.

Tu cuerpo bello aún,

hundido dentro de tu voz,

quebrada entre los abrazos perdidos

que rehúsas

desde mares de instantes fenecidos.

Sólo con la espuma de silencios y aún ahora

entreverados en tu voz…

Dudas en medio de tus palabras

de los estratos de tu memoria.

Confusamente

parodias lo que era y lo que es hoy.

Das inteligentes bandazos

bordados en desesperación

en un simulacro de locura.

Nadie viene a ayudarte,

en las ásperas simulaciones de tu estridente dolor.

Abandonaste las parcas fuentes de consuelo

y malvendes tus feudos de ternura

entre mensajeros amargos y mercenarios de tu verdad.

Nadie podrá ayudarte

salvo tu misma

si no rebuscas en todos los fangos

de la única verdad.