Del Teide a los pirineos, pasando por el corazón

TENERIFE ANA MARGARITA MENGIBAR

Valle de Arán…, escenario único. Recorrer tu silueta con la vista, hace que los sentimientos empiecen a volar en busca de lo ideal. Difícil describir las sensaciones que provocas. Imposible narrar los sentimientos que brotan de los entresijos del alma, sentimientos como tú: únicos e irrepetibles.

Tu imagen firme. El verde de la esperanza que albergas. La magia de tus lagos con el alegre reflejo de los rayos de sol, transformados en expresivo brillo, cuando tímidos caen sobre el agua… Lagos que hablan de paz.

La nieve en las cumbres de pureza te invade. Los ríos tranquilos te hacen sonar. Amapolas rojas, flores amarillas, mariposas blancas. Belleza a rabiar. Contraste de colores que hablan de amistad.

Cuando la primavera despunta y te puedo visitar, consigo el impulso para continuar, para recargar el alma de serenidad. De alegría sana, de sana ansiedad, cuando pienso triste que he de marchar.

Con mi rodilla en tierra te debo adorar. Majestuoso Valle…, te llevo en el alma…, majestuoso Valle…, mi Valle de Arán.